La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Mi amor a escondidas no te salva.

Podrían gustarme miles de cosas, pero no, me gusta la poesía.
Estoy al horno con palabras.
Al tacho mi sueño de ser la chica invisible.
Al tacho mis ansias de pasar desapercibida.
Al tacho mis ganas de amarte en silencio y a escondidas.
Mi amor a escondidas no te salva.
Mi amor, si se queda en su cajita, no te alcanza.
Y si no te alcanza se marchitan las palabras.
Y si se marchitan las palabras nunca te llamo.
Y si nunca te llamo nunca vas a nombrarme.
Y si nadie me nombra yo me olvido que existo y me rindo.
Y si me rindo ¿quién va a regalarte un poema hecho con sangre y sudor?
¿quién va a pasarse horas mirándose al espejo hasta encontrar una palabra que hable de vos?
Imposible. Tengo que escribirte.
Existas o no existas.
Me sonrías o no me sonrías.
Te encuentre o no te encuentre.
Tengo que escribirte porque tengo que buscarte.
Tengo que buscarte porque quiero ver tu cara.
Quiero ver tu cara porque siempre estoy a punto de olvidarte.
Y soy libre.
Y estoy sola.
Y tengo hambre.

Corazón y cuchillo.

tengo en una mano el corazón y en la otra un cuchillo
el desamor transformó mis huesos en ladrillos
me convertí en una casa a oscuras
hay una velita allá en el fondo
que alumbra poemas tontos y ternuras
pero si me vas a lastimar yo la apago
no voy a permitir que te burles de mi luna