La poesía me salva. Pero no es gratis ese milagro. La pago minuto a minuto con la aceptación obscena de mis temores y mis deseos. (Valeria Pariso)

Dios.

cuidá el verbo del mundo
vos sabés cuánto me duele
nombrarte
cuando en tu nombre
se cometieron - se cometen - tantas
atrocidades
y tantos que quieren hacerme
creer que no puedo buscarte
porque para mí
no estás disponible
dudo que te parezcas a nosotros
cuidá estas manos torpes que aman hondo
cuidá la cama donde me acuesto a soñar
con mujeres que no existen
a mí me gusta sentir que
de vez en cuando
cruzás las piernas
mirás tu agenda
y pensás en mí
porque yo pienso en vos
y te nombro
muchas veces en el día
como un tic
me niego a darte una forma
sos el viento en la cara una tarde de octubre
el nudo en la garganta
la ofrenda de una madre
los pájaros que celebran el sol
cuidá la calidez que parece escaparse
por la queja
por el ruido
por el escepticismo
cuidá la panza del pobre
y el grito del oprimido
cuidá el verbo y el adjetivo
cuidá mi garganta iluminada
que todo sea un milagro
a partir de hoy

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